Me senté en una de las sillas solitarias de la Plaza de Isabel II, en el corazón del viejo Madrid de los Austrias, a ver si los recuerdos volvían y encontraba mi casita que debía de estar por estos pagos. Lo mismo pasa con los dibujos animados. “Si no lo hacían, la Iglesia habría comenzado a marchitarse como una rosa expuesta al sol durante mucho tiempo.” ¿No es lo que ha ocurrido, acaso? No a las plantas ni a los animales en todo caso.”. Hizo toda una lista que lo dejó para el cambio de gobierno y ahí vino el conflicto“. ¡Vaya que estoy pesimista hoy día! Sin embargo, no reconocía nada ni a nadie, y menos las calles en que me paraba a leer los nombres en todas las esquinas. Los jóvenes, que antes querían ser arquitectos, luego cineastas, luego cantantes, luego chefs de cocina o futbolistas, ahora sueñan con ser cirqueros, trapecistas, payasos, equilibristas, magos. nos martillan la vista y los oídos desde hace buen tiempo. Se paró junto a la puerta y sacó una llave y la abrió. Entonces reconocí, no lejos de donde estaba, un caño de agua fresca en el que la gente llenaba unas botellas o bebía. ¿En qué se diferencia de la poesía? Lo gnóstico, como un enfoque crítico dentro de las diversas interpretaciones religiosas, termina cobrando un papel de vigente actualidad. Tendría padres, sí, pero no se acuerda de ellos, ni de si tuvo hermanos, y asegura definitivamente que nunca estuvo casado. Sí, me había despertado. Yo creo que se trata de otra moda, una manera de divertirse para tanto ocioso que anda suelto. Sí, sí, volverían a medida que fuera cambiando de lugar y recuperando la serenidad. ¿Nunca llegaría a mi casa? Cuando discutían sobre qué película irían a ver, yo estaba siempre contra la idea de soplarme alguna del Pato Donald, el Ratón Mickey o Popeye y la flaca Olivia. Era algo que yo reconocía ya hace tiempo, aunque en secreto. Al principio, me miraron con desconfianza, aunque sin hostilidad. Aquello era el Palacio Real, donde los reyes recibían las credenciales de los embajadores. Plástico en los teléfonos celulares, en las bolsitas del pan, en las pantallas diarias. Todo un día buscando mi casa, bueno, mi cuartito, con la seguridad de que estaba por acá, muy cerca, sin poder encontrarlo. Construido en la antigua Estación Desamparados que data de 1912 y conectaba Lima con el centro del país. Nos tuvo, a la media docena de invitados, sorprendidos y maravillados del principio al fin de la noche. Me parece que esta es la última vez que lo organiza la DDCC, ya que actualmente hay una comisión de un grupo de editores que está viendo la organización de las venideras. Estaba bien allí. Este autor no era pues un vargasllosiano alejado de los bares, corriendo, religioso, por las mañanas y escribiendo bajo un horario. No había mucha gente en el Parque de Debod. Entre los vídeos y documentos que hay en internet, sorprende encontrar uno (https://www.youtube.com/watch?v=8LA7IzH1j2Y) donde el escritor regresa a Arequipa, junto al narrador Orlando Mazeyra; en este vídeo se observa al autor tocando puertas y descubriendo una donde estaba una sobrina de su profesora, la señorita Alicia, y que nos permite entrar más a fondo en la vida adolescente del autor. La llamo “fraternidad” porque hablar de “ideología” sería un anacronismo: ya nadie sabe ahora qué es o qué fue eso. ¡Más que en París y en Londres, te lo aseguro! Nada grave. Vi que las muchachas y muchachos con los que compartía la fuente se levantaban, tapándose las narices y lanzándome miradas reprobadoras. Respiré más calmado y al llegar a la puerta de mi cuartito descubrí que ahí estaba, colgando de la puerta, la llave. En torno a esta obsesión han construido toda clase de fantasías quiméricas y sanitarias. Tenía la horrible sensación de que, cuando dormía, además de despedir vientos, se me había soltado el estómago y salido la caca. Que encontraba una monstruosidad que se multara o enviara a la cárcel a quienes se descubría transgrediendo esta prohibición. Nunca la quise. Los “desequilibrados” son pacíficos y no creo que maten ni a las moscas. Volverá, sin duda, cuando menos lo necesite. Y ni siquiera me había dado cuenta. Lo soy y lo seguiré siendo mientras el cuerpo aguante (no creo, dicho sea de paso, que por mucho tiempo más). Osorio debe de ser el último amigo que me queda. Pensaba en los museos serios, no en las galerías, que ya no eran, por lo menos en el sentido estético, lo que fueron alguna vez. En cada visita le dediqué varios minutos a visitar sus distintos … Esa noche sí. Debería presentar papeles, que, por supuesto, no tenía conmigo, y todo sería confusión y una terrible pérdida de tiempo. (Foto: Casa de la Literatura/referencial) Durante el mes de febrero de 2023 ofreceremos talleres gratuito s, los cuales están dirigidos a familias, niñas … Sentía que me iba hundiendo en algo viscoso y confuso, evidentemente no era el sueño sino los albores, la bienvenida de la muerte. Y yo tenía la seguridad de que no saldría vivo de allí. Nunca he podido recordar el nombre de la mujer por la que abandoné a Carmencita. Nuestro acuerdo es llamarnos todas las mañanas para saber si alguno de los dos se despidió de este mundo en el sueño y dar parte a la autoridad a fin de que nos incineren y desaparezcamos del todo. Mejor dicho, el llavero, con la llave que abre el portón del edificio y la puertecita de mi cuarto. En tanto que todo lo que era artístico en el pasado, como el ballet, la ópera, la pintura, la escultura, la literatura, la música culta, las humanidades, se ha deteriorado al extremo de desaparecer o cambiar de naturaleza para peor, el circo, antes un entretenimiento para niños, o para adultos y viejos que añoraban su niñez, y que nadie hubiera llamado arte hace medio siglo, ha ido refundándose, enriqueciéndose, alcanzando unos grados de rigor, elegancia, audacia y perfección que dan a muchos de sus números la belleza de una antigua obra de arte. Otro los refutó a ambos, asegurando que una proeza mayor todavía era la de haber fabricado la píldora que sosiega la libido y que hubiera hombres y mujeres sin preocupaciones sexuales como antaño. Trucos inverosímiles, absoluta genialidad. Subí el resto de los escalones en cámara lenta. Objetivos y contenidos: Proporcionar una visión de conjunto sobre las crisis ambiental y climática. No hay una política cultural para las revistas. ¿No era riquísimo desnudarse y enredarse en la cama durante horas y hacer el amor al volver de la oficina de noticias en la que trabajaba? Δdocument.getElementById( "ak_js_1" ).setAttribute( "value", ( new Date() ).getTime() ); Un cuento de Mario Vargas Llosa que revela algunos pensamientos de un hombre que abandonó a su esposa por una mujer frívola: “Todas las noches desde que cometí la locura de abandonar a mi mujer, pienso en ella y me asaltan los remordimientos. Panadero, es también el nombre de los dientes de león; si hay claves en la poética de Barco, la ciudad lila y los dientes de león, son una huella de anclaje entre dos fuerzas, la ciudad, las raíces, el vuelo del alma, el vuelo al azar, la búsqueda, pivotes referenciales de reacciones exacerbadas. Es uno de los escasos recuerdos de mi niñez, de esa infancia que se me ha borrado, salvo recordar que fui feliz mientras no supe la horrible manera en que las señoras se quedan embarazadas y paren a los niños. Me sentía muy cansado y nervioso y en todo el trayecto había soltado muchos vientos, largos y seguramente olorosos. Así cambian los tiempos. El grito de Asterión, novela de aliento diverso, novela del interior, de la sed verdadera, nos introduce a su propia atmósfera, desde el corazón y la voz de jóvenes que reflejan el espíritu de nuestros tiempos: dudas y escepticismo con respecto al futuro, crisis política, crisis interna. De Gabriel Bazalar López (El Callao, Perú, 1981) vemos una conexión vital tanto en la pintura como en el verso. Aman los afeites y los fármacos, menosprecian el sexo y son vegetarianos recalcitrantes. El sexo excitaba mucho a la gente cuando lo rodeaban prohibiciones y tabúes; desaparecidos estos, perdió su magia, y ahora los jóvenes le hacen ascos. Las figuritas saltan de las pantallas, te miran a los ojos, se te sientan en las rodillas, se esconden debajo del sofá. Compartir en Twitter. Pero ahora estaba tranquilo. Toda mi época es poca para explicar lo que siento. Sentía que me iba hundiendo en algo que no era el sueño, sino un desmayo. En eso, la naturaleza humana no ha cambiado nada. Probablemente en la Plaza de Isabel II encontraría algunos borrachitos. Fue una larga operación, pues seguía muy cansado y con mi corazón latiendo en mi pecho como desbocado. Como la dirección de mi casa, que se me ha desvanecido de la memoria en el peor momento. Ver por primera vez el cuerpo desnudo de una muchacha, hacerle el amor con la delicadeza con que entonces se escribía un poema, gozar juntos ebrios de deseo y de felicidad, sentir que se abolía el tiempo y uno alcanzaba esa inmortalidad del instante que da el éxtasis carnal: ¡qué maravilla! (¿Soy acaso un ludita? Amor en los adultos mayores: ¿Cómo recuperarse después de una separación? Solo que no hablo con Osorio nunca de ella. Dirección: Jr. Ancash # 207. Ahora, conviene aclarar un punto en el que insiste mucho Osorio, y creo que con razón. Y esta noche, con todos los vientos que he soltado en el día, debía de estar más sucio que otras veces. Reynoso tenía facilidad de palabras y se movía entre ferias del libro y colegios, o en eventuales mesas de bohemia. La mirada. Casa de la Literatura Peruana is a leisure, travel & tourism company based out of 207 Jirón Ancash, Cercado de Lima, Peru. Se me habían quitado el miedo y el frío. También me asusta su actitud fanática contra ciertas cosas como el sexo y la carne, sin los cuales mi juventud y mis años de madurez se hubieran visto privados de muchos placeres que recuerdo con una emoción que ciertos días me cuaja los ojos de lágrimas. Caminaba por ella despacio, muy seguro de mí mismo, sintiendo que había hecho el ridículo todo el día buscando mi casa. Unos pocos turistas tomándole fotos al monumento egipcio. A solo diez o quince minutos de estar esperando, apareció un señor con bastón, que reconocí a medias. Que compren “Gringas sí, yankees no”, y un libro de Ángel Avendaño sobre Túpac Amaru que se esta vendiendo justamente en el stand de ‘Sieteculebras’. Atendemos al … La Casa de la Literatura, donde, no solamente se va a ver la literatura, sino, se va a hacer literatura, está organizada de tal manera que personas que ingresen van a poder desarrollar seminarios, talleres de escritura y lectura; tiene como objetivo incentivar el interés por la lectura y el conocimiento de la evolución literaria y sus principales representantes. ¿Será que la cultura ya no tiene ninguna función que cumplir en esta vida? Había salido tan de prisa esa mañana que me olvidé de sacar esas llaves, pues las dejé colgadas donde estaban todavía. Pero ello siempre había pasado, sobre todo cuando me dormía. Siempre que encontrara mi casa. “¿Tenemos que dedicarnos también a expulsar diariamente nuestro semen?” No entendí qué quería decirme, pero, al parecer, sus compañeros sí, pues todos sonrieron al oírlo, como si me hubiera derrotado. Había olvidado la dirección. Limpiarme con cuidado, lavar con lejía el calzoncillo y el pantalón llenos de mierda. No recuerdo la dirección de mi casa y no me importa. Tuve la valentía de contenerme, para no llorar a gritos. Hoy se abren las puertas de la … Eso sí, a veces, sobre todo cuando está de mal humor, me da la razón. Cuando me desperté estaba con escalofríos y había disminuido la luz natural. No hacía calor, más bien fresco o frío –eran los finales del otoño, la época más bonita de Madrid–, y estaba empapado con la transpiración. No había tardado mucho esa mañana caminando hasta el lugar de la manifestación. Podríamos sostener que la poesía es un registro de experimentalismo, un escenario donde cada época pone en duda las grandes verdades. A José lo encontramos en su stand de la Feria Internacional del Libro de Arequipa, evento que lamentablemente dejó mucho que desear, ya que no tuvo la convocatoria que se esperaba. Toda la noche estuvimos rodeados de esos personajes fantasmales, duplicando a camareros o camareras, sirviendo la mesa, pasando las fuentes con bocaditos y bebidas, tan absolutamente idénticos a los reales que aquello se convirtió en un delirio; nos dio a todos la sensación de haber entrado a un mundo onírico, de estar viviendo en un poema surrealista, verificando que lo maravilloso cotidiano existe, no sé cómo llamarlo, un mundo en el que resulta difícil distinguir las fronteras entre la realidad, los personajes de carne y hueso y sus dobles, esos fantoches de la ilusión tecnológica. Me acerqué a él y le dije: “Al fin llegó usted. Ahora que ya nadie cree en los curas, la gente se ha puesto a creer en los brujos, hechiceros, chamanes, adivinos, palmistas, santones, hipnotizadores, toda esa canalla de embusteros y estafadores que, por unos cuantos pesos, hacen creer a sus incautos clientes que existe el otro mundo y que ellos lo conocen, que el futuro está escrito y es descifrable leyendo la borra de café, las hojas de la coca, consultando los naipes o una bola de cristal. La extrañaba. No era la primera vez que me ocurría esto. Me toqué los ojos y había dejado de llorar. Le celebré la broma, pero, unos instantes después, me embargó una gran tristeza al darme cuenta de que no bromeaba. Vemos que la fusión de ambos elementos es vieja y nos permite saber que la prosa, en su integración de diferentes ejes, puede ser la nueva poesía de estos tiempos. ¿Era esta la Plaza de Oriente? Y me dolían mucho el pecho, el hombro, el cuello y hasta la espalda. Por eso, lo que van a leer en breve es un libro de corte urbano, con un enorme registro verbal y de abrupta crítica social, sin obviar el nihilismo. Pese a ello, sigue siendo imposible un acuerdo internacional para desactivar los polvorines atómicos. Limpió acomedido máquinas y tijeras. A la gente le gustaba la Iglesia porque no se parecía a la vida, a la sociedad tal cual es, porque representaba lo contrario de la existencia en el siglo. Los zorros, al cabo de un tiempo, se fueron, tan misteriosamente como habían venido. Hace unos días, Lima Gris llegó hasta la ciudad blanca para conversar con José Córdova, director de la editorial Cascahuesos, sello literario que en unas semanas cumple 15 años de actividad, y que ya lleva más de 150 títulos publicados. Yo sé que fui periodista de joven; Osorio dice que enseñó filosofía en los colegios, pero no estoy nada seguro de que haya sido profesor y menos de filosofía, porque sabe muy poco de esos temas. 13-14). Sí, de arqueología, cuando estudiaba ahí. Donde se desfalca el estado de supervivencia animal, sea por el clima y su degradación, o la dura violencia que se respira, surge el deseo de materializar estas inquietudes desde la carga de una historia. Sí, esta mañana había recorrido esta calle. Soy injusto pensando así, porque, la verdad, ahora solo esas dos cosas me producen la sensación de haber alcanzado la plenitud absoluta que de joven me dio leer Guerra y paz o ver por primera vez en la Galería de los Uffizi de Florencia El nacimiento de la primavera y la Gioconda en el Louvre. Al respecto de la futura candidatura de Antauro Humala, el poeta no vacila en responder que los ciudadanos peruanos cada vez que van a las urnas crean un mundo muy parecido a las novelas de García Márquez: “Estamos en el país de las maravillas, aquí todo es posible”. Supongo que, en parte, ese discurso antisistema es lo atrayente de Bolaño, ahora que es industrializado en Alfaguara. Se reiría de mí. ¡Las tres de la tarde! Osorio me arrastró hace unos meses –tal vez fueran semanas– a una galería nueva, “rompedora”, me dijo, en Lavapiés. Pero por lo menos en la policía, mientras averiguaban quién era, estaría bajo techo. ¿Será que el aliento lírico de su obra En octubre no hay milagros nace de aquella ráfaga de experiencias? Como en la Puerta del Sol no había bancas, me había sentado, al igual que un grupo de jóvenes de ambos sexos, en el bordillo de una fuente. Eran las cinco y diez de la tarde. Según él, los viejos ideales de justicia social y de sociedades igualitarias y perfectas simplemente ya no exaltan a las nuevas generaciones, pues lo que había en ellos de realizable ya forma parte de la vida moderna. Ahora nada se mueve en España, donde no volverá a haber guerras civiles. El escritor Máximo Huerta ha inaugurado en su localidad natal, el municipio valenciano Buñol, La librería de Doña Leo, un proyecto con el que cumple un … Mucha gente se traga estos embustes y los museos se van quedando huérfanos. Seguía totalmente perdido, pero, en cambio, me sentía ahora más tranquilo. ¿Escarabajos del engaño sometidos? Sin embargo, y aquí la prédica de Reynoso, era necesario cambiar esos parámetros luchando por una mejor educación, alimentándonos de libros y de rebeldía. Pero no lo haré; también en esto seguiré fiel a mis viejas aficiones. Siempre lo consigue, por supuesto. Osorio afirma que él no tiene nostalgia alguna de esos remotos años en que mucha gente, como yo, iba a leer a bibliotecas. Muchos años. Pero, para gentes como yo, de otra época, la vida sin librerías, sin bibliotecas y sin cinemas es una vida sin alma. Me horroriza la idea de pasar toda la noche sentado en una banca, muerto de frío. No constituyen una nueva religión ni mucho menos. Lo barro y arreglo todas las mañanas, antes de salir a tomar mi cafecito y platicar con Osorio. Sentía las piernas amodorradas y pensé que me convendría dar un paseo. La ciudad se dice en los colores, los sabores, en la virtud de los climas internos: en el monólogo. Conversamos cerca de una hora, tirados en el pasto, yo como un bisabuelo o tatarabuelo rodeado de sus bisnietos y tataranietos. Cuando susurré que si todo el mundo los imitara y se volviera casto desaparecería la humanidad, uno de ellos me repuso: “La ciencia resolverá eso, fabricando gente en los laboratorios.” Pero lo que divirtió mucho al grupo fue que otro añadiera: “¿Y a quién le importaría que desaparezcamos? De chico, a diferencia de mis compañeros de colegio, a mí los circos no me gustaban. El corazón me palpitaba muy fuerte en el pecho. Y todos se rieron, viendo mi aspecto de pordiosero. Lo extraordinario es que haya críticos y profesores que sostienen semejante barbarie: que es preferible, no solo por comodidad del espectador, sino porque la imagen digital es más precisa y exacta que la original. Pero que todavía quede una quinta o sexta parte de pobres y de miserables quiere decir que aún estamos lejos de haber erradicado la pobreza de este planeta. Eso sí que había sido una sorpresa. Ahora, mi corazón seguía latiendo como un bombo en el pecho y seguía con la boca abierta para poder respirar pues sentía que me faltaba el aire. Menos mal que a los gatos no han podido erradicarles el instinto homicida contra los roedores a los que siguen despanzurrando cada vez que se ponen a su alcance. (Del libro Los Inocentes, ibidem). Yo tengo esa sensación desde que desaparecieron los periódicos. La historia versa sobre un puñado de jóvenes, de diversos estratos sociales, que terminarán coincidiendo por el azar objetivo en la Lima de hoy: las huelgas, marchas, bares, calles, Centros Culturales, pasaran a formar parte de sus páginas, para darnos un registro de lo artificial del momento y del deseo de alcanzar aquel grito, aquel llamado que devuelva la conexión última; hacia ese fondo van estás páginas, donde la estructura va cobrando un énfasis de corte místico. Todas las noches, antes de dormir, pienso en Carmencita y le pido perdón. La fuerza de la costumbre, por supuesto. ¿Es eso verdad? Si eso no es decadencia, no sé cómo llamarlo. No me decía nada, por supuesto, aunque sabía que si rebuscaba en mi memoria aquel nombre se me iría revelando poco a poco, encendiéndose como un foco de luz. Entonces sí que perdieron las buenas maneras. He lavado mi calzoncillo que estaba lleno de mierda, me duché, me he acostado y ahora estoy con taquicardia y bañado de sudor.” Osorio me respondería con alguna broma: “¿Y me despiertas por esa tontería?”. Tampoco imaginamos que fuera tan común que las gentes llegaran a vivir tanto y sin embargo ahí estamos muchos bípedos centenarios para demostrar que no era fantasía. No te quejarás. La casa de la literatura es un lugar para chicos y grandes, ya que cuenta también con un ambiente especial para los niños, allí ellos descubren que leer no es aburrido, dándose cuenta que “sólo los tontos se aburren”. Así lo parecía al menos. Grabar mi nombre, correo y página web en este navegador para la próxima vez que comente. Hablar de la narrativa peruana última es sujetarnos a diferentes enfoques de nuestra propia tradición. Sigue, tal vez, la onda de Baudelaire: la genialidad es la infancia recuperada a tesón. Ahí donde otros autores encorsetan su ritmo interno bajo lo retórico, en Bazalar suena suelto y anárquico. Apoyaba un pie en el escalón de arriba y no podía creer que aquel esfuerzo de izarme al nuevo escalón me costara tanto. ¿En qué régimen vivimos ahora? Cuando el narrador del viejo Yo romántico (como Víctor Hugo, por ejemplo) cede su espacio al narrador omnisciente, y Flaubert determina que el recurso literario debe forjarse desde lo aséptico, la narrativa cobra una dimensión de relato sociológico. Sí, este no era un simple amago. Y mi corazón seguía latiendo con mucha fuerza en el pecho. Actualidad. Yo sabía que iba a ser así. Por otro lado, el autor del poemario “Andes Ground” (2019) ha resaltado el homenaje que se le ha dado a la escritora indigenista Clorinda Matto de Turner (Cusco, 11 de noviembre de 1852 – Buenos Aires, 25 de octubre de 1909), en ocasión de la celebración del festival, considerando que el Perú aún mantiene una gran deuda con esa escritora, periodista y luchadora social. Vagamente tenía la impresión de haber estado aquí en la mañana temprano, sin que hubiera tanta gente como ahora, pero la memoria no me decía nada sobre qué calle tomar para regresar a la casa. Me temo que al final ellos terminen por ganar la partida y que, al igual que Singapur, la primera ciudad paper free del mundo, también España y Europa entera acaben carbonizando sus libros, bibliotecas y hemerotecas privadas y públicas. Cuestiona y resignifica el anclaje connotativo: es un lugar no muy seguro, hay una opresión, un corazón desvalido, en un espacio del desamparo. Scribd is the world's largest social reading and publishing site. Había recobrado la confianza. Mi esperanza está en el movimiento de los “desequilibrados” que se ha extendido tanto por el globo, no solo por España. Siempre me ocurre cuando algo me altera los nervios. Cuando recordara mi dirección, me tranquilizaría. Es imposible gozar de un concierto, o de una ópera y hasta de una comedia ligera, rodeado de gente que no hace más que teclear o acariciar las tabletas que tiene bajo los ojos y que lanzan guiños incesantes alrededor del pobre espectador que fue al teatro con la estúpida ilusión de escuchar y ver las cosas que ocurrían en el escenario. Es verdad que en casi todas las esquinas hay pantallas en las que se dan noticias todo el día, y que aparentemente representan a empresas que defienden diversas ideologías y sistemas. Osorio defiende a los “desequilibrados” y creo que lo hace por convicción, no por practicar su deporte favorito que es llevarme la contra. Eso fue solo el comienzo. Y me pareció grotesco que el juez llamara a las golondrinas, según la fórmula acostumbrada, “un ser vivo de sangre caliente cuyo derecho a la vida debía ser respetado”. ¿Qué sangre no es caliente? Tal vez Osorio se haya olvidado de qué cosa fue en la vida, porque tiene la memoria tan disuelta como yo, o trata de engañarme y engañarse inventándose un pasado. Había llegado a una gran plaza al fondo de la cual había un edificio que inmediatamente identifiqué como el Palacio Real. Miles, decenas de miles, acaso millones. A ningún joven madrileño le importa que desaparezcan los últimos cines de Madrid; jamás ponían los pies en ellos, se habían acostumbrado desde niños a ver las películas que ordenaban –si se puede llamar películas a esas imágenes que divierten a las nuevas generaciones– en las pantallas de sus ordenadores, sus tabletas electrónicas y móviles. En ese sentido, hacer poesía es participar en el diálogo de una época: esta voz, por eso, resulta necesaria de atender, por su singularidad y crítica. Seguramente, aunque no lo recordaba. Uno de los chicos, de cuerpo estilizado y ascético, dijo que lo más importante era tener el estómago siempre limpio y que haber acabado con el estreñimiento era la máxima gloria de la ciencia contemporánea. Cuando la Biblioteca Nacional de España cerró sus puertas también hubo una manifestación, pero, a diferencia de la de hoy, allí sí acudió bastante gente. Por supuesto que yo no les creo, por más que haya tantos científicos, algún nobel entre ellos, que dicen haber comprobado tras muchas pruebas de laboratorio que la combinación de papel y tinta impresa es tan maligna como la del tabaco y el papel cuando los cigarrillos existían y mataban a generaciones de fumadores de cáncer de garganta y pulmón. Estaba convertido en el hombre-caca, del culo para abajo. Lo sentía en mi pecho crecido y latiendo de manera exagerada. Mejor echarme a caminar, tal vez moviéndome volverían los recuerdos. Precio. Nosotros, los de la azotea, no tenemos derecho a usar el ascensor. ¿No resulta extraño que en estas condiciones el sexo haya perdido interés cuando su gran enemiga, la que más hizo por erradicarlo de nuestras vidas –por lo menos en teoría–, la Iglesia católica, pierde fieles, catecúmenos, sacerdotes, hasta haberse quedado convertida en algunos países en una especie de sociedad filatélica? 80,00€. Llevaba mucho rato soltando vientos, como siempre que me pongo nervioso. Lentísima. Habíamos perdido ese idealismo que todavía flotaba en los años finales de la segunda mitad del siglo XX. No, lo hace para los estratos populares. Si para Gastón Bachelard la poesía era una suerte de droga (pues permitía imágenes psicotrópicas), veremos en este poemario muchas imágenes que rozan esa experiencia desde un lenguaje tanto onírico como abismal. Algo así como una fraternidad pacífica e iconoclasta, que, allende o dentro de las propias fronteras, hermana sobre todo a la gente joven. Pero, ahora, el objetivo de los adolescentes inconformes es que el planeta entero se alimente solo de frutas y verduras. La orina del zorro apesta y en esas semanas se vio a mucha gente en la calle con arcadas o vomitando, descompuesta por el mal olor que todo lo impregnaba. Mientras averiguaban quién era y dónde vivía me meterían en un calabozo. Ahora se habían convertido en pequeños circos, menos interesantes que los grandes circos, las únicas instituciones, confieso, que han progresado en esta época hasta transformarse en verdaderos espectáculos artísticos. Sin llamas y sin Belcebú el más allá perdió mucho atractivo para gran cantidad de fieles. Pero a los pocos minutos me calmé: era una falsa alarma. Les dije que, cuando yo era chico, eso era lo que trataban de inculcarnos los curas: que el sexo era algo sucio, feo y pecaminoso, y, por lo tanto, prescindible. Claro que, si no fuera así, nos aburriríamos mucho. Ahora no solo me dolía el pecho sino también el hombro y el brazo izquierdo y seguía sudando de la cabeza a los pies. Una nueva aventura. Era un dolor múltiple, que interesaba los músculos, los huesos, las venas, los tendones. Hombre de ideas donde se mezclaba su conocimiento de la Historia Peruana, la Literatura Francesa, la Guerra entre Sendero y el Estado… Ese rey de los diálogos, la buena charla, las citas exquisitas y los comentarios profundos de política y toda clase de temas. Pero primero debes aceptar el dolor que sientes y sanar tus heridas emocionales. Recordaba que, poniéndome de pie y recorriendo ese par de calles, podría entrar a mi casa, luego de perder todo un día buscándola. Me aburrían. Estamos en un simposio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), celebrando … Por fortuna todavía no es así, aunque, me temo, vamos por este camino hacia ese fin: una sociedad de autómatas. Abandonar a Carmencita es un episodio que me atormenta todavía. Sabía perfectamente que, bajando por esa callecita encontraría, en la esquina y a la derecha, la Plaza de Isabel II, y que de allí arrancaba la callecita de mi casa. Porque gozar de un estómago que funciona con la puntualidad de un reloj suizo impedía a las personas sucumbir a la neurosis, la causa primordial de los suicidios que se registran a diario en toda Europa. Un provinciano (como Reynoso o Vargas Llosa, los de Arequipa) pueden sumergirse en esa naturaleza axiológica. Para poder respirar debía tener la boca abierta todo el tiempo. Gabriel Bazalar apuesta por una obra con ambos registros: tanto lo atómico como lo desparramado, su voz se torna un agente propiciador de la imagen y del sentido. Salpica rabia, enjuga tristeza, exprime desesperación. Opté por despedirme antes de que empezaran a insultarme. Pero el calendario judicial de este 2023 vendrá sin duda muy marcado por el «procés». La cena me impresionó mucho, es cierto, no por la comida, nada del otro mundo, sino por los hologramas. ¿Qué es la prosa en el capitalismo realista? Y hoy que retomo estos apuntes para pensar en algunas ideas sobre Oswaldo Reynoso aspiró la dulce nostalgia de un pasado que se va: ahora todo es vender y a ello se reduce lo que entendemos por éxito literario. Estas modalidades de poesía nos llevan a interrogarnos sobre los límites de lo qué es lo poético. Pero lo que me asustó no fue el corazón sino el sudor. La poesía no se ancla en un solo sonido: transpira, oscila, encuentra música donde hay solo desesperación o vacuidad. Pero que todavía quede una quinta o sexta parte de pobres y miserables en el planeta quiere decir que aún estamos lejos de haber erradicado la miseria. Me limpié la cara con las manos y luego con el pañuelo y finalmente con la misma sábana; pero era inútil porque el sudor brotaba casi de inmediato y me volvía a mojar la frente, el cuello y ahora sentía que bajaba y me había tomado también el pecho, la espalda y hasta las piernas. Como dijo el puneño Oquendo de Amat: con el lenguaje del primer hablar. Semilla pura, palabra, signo: no hay escapatoria, el lenguaje es una molotov que abre nuevas direcciones internas. Tendría padres, sí, pero no se acuerda de ellos, ni de si tuvo hermanos, y asegura definitivamente que nunca estuvo casado. Su presencia acortará la distancia entre progresistas (7) y conservadores (que sumarán así 5). El único espectador serio que se admite hoy es el que produce el propio bípedo en su artefacto portátil, ese incinerador de todo lo que es genuino y auténtico, algo que ha desaparecido prácticamente en este mundo donde solo reina y fulgura lo postizo y artificial. Por lo demás, en esas épocas zamparse un buen filete, un chuletón o unos riñoncitos al vino era algo deleitable, algo que el común de los mortales hacía con perfecta buena conciencia, sin los problemas morales y políticos que eso plantea hoy, cuando todo el mundo hace chistes, sigue las instrucciones de los dietistas y los platos de comida parecen remedios, medicinas. En cuanto a la libertad, creo, hoy día –mañana puedo haber cambiado de opinión–, que ha desaparecido enteramente de nuestras vidas. A nosotros… o por lo menos a mí, no me importa.” “A esa palabra, ‘nosotros’, la hemos desahuciado”, afirmó una de las chicas. Habían salido algunas estrellas. ¿Lo despertaría? Pero lo había olvidado, por salir con tanta prisa a esa desdichada protesta por la clausura de los cines Ideal. Sí, justamente este sábado 5 de noviembre la DDCC (Dirección Desconcentrada de Cultura) del Cusco me otorga un reconocimiento por los 40 años de trabajo que tengo dentro de la literatura cusqueña y peruana, y creo con justicia porque me lo merezco. La Guardia Civil desmantela una casa de “retiro espiritual” para ritos chamánicos Detenidos dos individuos que dirigían el centro y cobraban 45 euros por día Sin cobrar un centavo por ello. Desde que se generalizó la costumbre de leer novelas encargadas al ordenador renuncié a leer las que se producen –sería ridículo decir “escriben”– en nuestros días. A mí me gustaron mucho los animales en mi juventud e incluso en mi madurez tuve un perro al que le leía poemas de Cernuda y García Lorca. Se encuentra ubicado al costado … “Eran adelantos indispensables para adaptarse a la época”, dice Osorio. ¡Qué va! Le ruego que me permita pasar.” El señor asintió y me abrió la puerta y se retiró para que yo entrara primero. Imposible saberlo, pero lo seguro es que vivimos en la mentira sistemática. ¿Encontraría mi casa, por fin? ¿Cómo había podido olvidarla? O teatros de unas mojigangas ridículas. De entrada, me quedé boquiabierto cuando advertí, junto al mayordomo que me abrió la puerta y me ayudó a quitarme el abrigo y la bufanda, que había un doble holográfico de él, otro mayordomo con su misma cara y atuendo, repitiendo sus gestos, sonrisas y venias. Estoy seguro de que, si debo estar toda la noche a la intemperie, me moriré como un perro. La decadencia de las grandes iglesias no ha acabado con la religiosidad. No, esa vez yo estudiaba arqueología. Igual de curioso es lo que pasó con M. Gutiérrez y una de sus últimas novelas, editadas en el mismo sello. “En uno de los pisitos de la azotea. Me aseguró que se habían vendido ya varias “pinturas inmateriales”, a precios muy módicos –iban de 20 a 25,000 euros apenas–, y la galería consideraba esto un éxito. Murcia. Yo ya había visto hologramas en ferias y exposiciones y en museos, pero esas figuritas en tercera dimensión nunca me dejaron maravillado. Río nocturno: interno y oscuro. Es verdad que todo lo que había en ese gran caserón de Recoletos está ahora digitalizado, al alcance de cualquier pantalla. !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)? Pero, en esta última, la Filosofía comparte el departamento académico con Teología y Cocina. «Tu eres una cafetera, tu calientas pero no cuelas…. De inmediato, o, más bien, después de algún inevitable papeleo, lo incinerarían. Veo nubes, nubes amorfas y. Alguien fantaseó: “Tal vez nos pusieron ese nombre los que creían que éramos un peligro para la sociedad. ¿Homenaje kafkiano? Pensé inmediatamente en llamar a Osorio, pero me desanimó la idea de que era muy tarde y mi amigo solía acostarse muy temprano. Lima Gris conversó con el escritor, poeta y antropólogo cusqueño Pavel Ugarte Céspedes, quien hizo una revisión de la novena edición de la Feria Internacional del Libro (FIL) del Cusco, y la constante lucha para que ese evento se llegue a realizar en la Plaza Mayor de su ciudad, señalando, en un principio, la oposición del alcalde cusqueño de que se dé en ese punto estratégico de la ciudad. Gracias a la gentil atención de sus guías, no sólo por el trato, sino también por la forma apasionada de expresarse, de compartir la vida y obra de nuestros escritores, uno disfruta el viaje, uno se encuentra con nombres como José Santos Chocano, Eielson, Vallejo, Ricardo Palma, César Moro y Mercedes Cabello entre otros. Disimulando, como si la turbación que sentía pudiera ser advertida por la rala gente que pasaba, me acerqué a la esquina y observé atentamente el letrero que colgaba en lo alto de la pared: Plaza Jacinto Benavente. ... 08 43 Horarios de atención. Había desbordado el calzoncillo y manchado las piernas. Me sequé la cabeza con insistencia, pasando la toalla por mis pelos una y otra vez, recordando una vez más que mi abuelito, en la noche perdida del tiempo, solía decirme que no era bueno dormir con la cabeza mojada, porque me podía volver loco. Desde el año 1965 se han producido una serie de factores en los que los países han decidido reducir las tasas impositivas sobre las rentas del capital, es decir, en las que se mueven el 1% más rico del mundo, y se han incrementado en las rentas del trabajo. La tristeza por la desaparición de esa institución parecía compartida por todos los presentes, en los ojos de algunos de los cuales juro que vi lágrimas. Y un joven, al abrir este trabajo, como si pelará una fruta, siente la furiosa sinceridad de este libro y termina cobrando empatía por Cara de Ángel, el Príncipe, Manos Voladoras, entre otros. No encontré ninguna de esas novelitas viejas que me gustan ahora. Sin embargo, no deja de ser un buen debut y una ventana fresca para observar nuestro presente. Los horarios de atención al público es de Lunes a Domingo de 10 am a 8 pm. El curso se desarrolla durante 10 sesiones de 3 horas cada una, y será eminentemente práctico. “Vivo aquí”, le aseguré. ¿Qué tenía? Estaba, pues, solo en aquel rinconcito de la Plaza Benavente, aunque rodeado de gente, automóviles, buses y camiones. Les pregunté por qué los llamaban “desequilibrados” y no lo sabían. La metáfora es clara como la dorada cerveza: escribir es utilizar todos tus recursos internos, incluso los más miserables e ínfimos. Sí, lo era. Lo peor es que el Estado, o el gobierno, los secunde en este prejuicio. Un deslizamiento de tierra en el municipio de Rosas, Cauca, tiene incomunicado a todo el suroccidente del país desde hace 48 horas. Estaba pensando en todo aquello –Osorio, los cines desaparecidos, los jóvenes con sus ordenadores portátiles–, cuando sentí algo extraño en la cabeza, algo que pasó luego a recorrerme todo el cuerpo, como un escalofrío. Seguir de frente. Sí, por supuesto. No tenía un solo papel encima; lo más probable es que, al verme confuso, llamaran a la policía y que esta me llevara a una comisaría. A propósito, ya nadie sabe qué eran los calidoscopios; los niños ya no juegan con esos juguetes, por supuesto; ahora desde que nacen manejan computadoras. Se llamaba la calle de la Flora, por supuesto. La abolición del infierno tranquilizó a muchos creyentes pecadores, desde luego, pero decepcionó a otros, a quienes soñaban con que sus enemigos, quienes los habían maltratado y explotado, se quemaran eternamente en las llamas de Belcebú. Y pensar que se celebró como un gran invento –yo lo recuerdo muy bien, ocurrió hace unos cuarenta años, o veinte, o diez: eso que llaman el espectáculo multimedia comentado–. Osorio fue uno de los vecinos más asustados y uno de los que fue a manifestarse a la Puerta del Sol contra las campañas de todas esas ong proclamando “Bienvenidos, hermanos zorros, a Madrid”, “Madrid, patria de los zorros”, etcétera, que llevaban a cabo para que los invasores se quedaran a vivir en la ciudad y esta fuera acondicionada para darles albergue permanente. Me respondieron en silencio, con movimientos de cabeza. No así en París, donde el día que cerraron la Biblioteca Nacional la protesta fue violenta, con incendio y hasta muertos y heridos, creo. Según Osorio, hay una gran sensatez y hasta sabiduría en los jóvenes de hoy al reemplazar el anhelo de un mundo perfecto por algo más humano, un mundo donde los jóvenes vacíen puntualmente el estómago y no padezcan del suplicio del acné. Tengo que volver al Prado uno de estos días, hace tiempo que no voy. Subí aquellas gradas muy despacio, parándome unos segundos en cada escalón, animado por una alegría íntima, que, sin embargo, contenía los latidos de mi pecho; con el esfuerzo, se me había agitado mucho el corazón. No es el fin del mundo. Por fin, luego de cambiar miradas entre ellos, asintieron. El accidente nuclear en la ciudad de Lahore –accidente que se pudo deber a una acción terrorista, nunca se logró determinar el origen– causó más de un millón de muertos, en cuestión de pocos minutos. Haciendo memoria, Reynoso también se me presenta en el parque de Huancayo, allá por el año 2013 en una Feria del Libro, donde fuimos junto a Omar Livano -poeta tajador- y su novia de entonces; y Nelcy, una amiga que estudiaba inglés y de reynosiana sensibilidad. La visión. Había sido una aventura. Había algunos chicos y chicas extranjeros entre ellos que apenas chapurreaban el español. ¿Me había quedado dormido? La globalización, el gran negocio para que los ricos sean más ricos. Tuve la sensación de que ese lugar, donde había mucha gente y además placas, un reloj, banderas, policías y entradas y salidas del metro, tenía que ser importante. Te invitamos a... ¡Llegó el día esperado! Lamenté haber ido porque éramos apenas cuatro gatos y casi todos unas ruinas humanas como yo. Hay algo de furioso gozo en su Ubre. ¿No están acaso digitalizados los cuadros y esculturas que hay en ellos? Tú sabes que en España el Estado compra las revistas para colocarlas en bibliotecas, centros culturales y universidades; o en México se les da becas a los directores de revistas. Había pasado mucho miedo, sin duda, pensando que me moriría en la calle como un perro vagabundo. La supuesta librería –ayer o antes de ayer fuimos a verla– era la biblioteca de un vejete de Malasaña que ha puesto en venta sus existencias antes de partir al otro mundo, una colección variopinta de libracos mal conservados que el puñado de personas que estaba allí cuando Osorio y yo entramos a echar un vistazo hojeaba y manoseaba antes de devolverlos a los polvorientos estantes. Derrotar al cáncer y al sida parecía algo imposible y se consiguió. Me palpé de manera disimulada y tuve la impresión de que nada me había ocurrido ni en la cabeza ni en el cuerpo. Ildefonso Falcones llega al Aula de Cultura de El Diario Montañés para presentar su última novela, “Esclava de la libertad”.Una historia fascinante que narra la apasionada lucha por la libertad de dos mujeres negras en épocas distintas: la Cuba esclavista colonial y la España del siglo XXI.. Cuba, mediados del siglo XIX. Y lo que no, lo que albergaban esos ideales de quimérico e imposible, no los ilusiona, más bien los repele, porque, educados en el “realismo”, el sesgo principal de nuestra cultura actual, son pragmáticos y no quieren perder su tiempo y su energía en cosas que nunca lograrán, con las consecuencias que tuvo en el pasado la búsqueda de la sociedad perfecta: guerras civiles, revoluciones sangrientas y peores injusticias que las que se querían remediar. Ahora tendría que hacer lo mismo. ¡Pobres mártires cristianos! Simplemente, compruebo un dato objetivo. Tal vez lo sea.). Las “pinturas inmateriales” tienen dueños, de modo que la propiedad privada se respeta, y, al mismo tiempo, todos pueden disfrutar de esa propiedad privada sin arrebatársela al propietario a través de la red. Una vez más revolví los ojos en redondo. Déjate asombrar por un espacio de encuentro, reflexión y construcción en … Poquito a poco irían apareciendo en mi cabeza las calles que me separaban del cuartito lleno de libros y papeles, y del bañito donde hacía pipí, cagaba, me afeitaba, duchaba y peinaba mis pocos pelos todos los días, antes de salir a caminar y tomar aquel cafecito conversando con Osorio. Sentí mucho asco de mí mismo. En Madrid aquella despedida fue pacífica. Signo de su espejo: mirar limita. Reynoso ha creado un estilo nuevo: la jerga popular y la alta poesía reforzándose, iluminándome. Nunca más volví a verla, y solo muchos años después de ocurrido me enteré del accidente en el que había perdido la vida. Funcionaba muy bien y, una vez que la caca desapareció y el retrete estuvo otra vez limpiecito, solté la ducha y calculé que saliera el agua tibia y me bañé, limpiándome las piernas y el trasero con cuidado, hasta comprobar, una y diez veces, que tanto mi trasero como mis piernas quedaban impecables. “Se cerraron los últimos cines, pero han abierto una nueva librería”, me levantó el ánimo Osorio cuando terminó la triste manifestación de despedida a los Ideal. Ya le he hecho llegar a Shakira que tengo las pruebas de cuándo, cómo y dónde la engañaste", ... "El arte de la literatura es dar cuenta de lo invisible" 11/01/2023. domingo, 1 de enero de 2023. Lo digo por mi discusión del otro día con Osorio después de la cena donde los Arismendi, esos millonarios o más bien billonarios. Leer el libro en versión online aquí: https://www.academia.edu/86606429/Ciudad_Lila_Julio_Barco. Sentí de nuevo el ramalazo del terror que había tenido todo el día. Hay menos pobreza que antes, por ejemplo, y eso es una gran cosa. Sentía que me vencía el sueño otra vez. Me vinieron dos vientos mientras conversaba con ella, que conseguí disimular encogiéndome un poco, como para rascarme una pierna. Los demás asintieron. ¿Por qué tenía tantos? Caminar por la estación desamparados me despierta la memoria, recuerdo cuando niño la primera vez que llegue allí, fue en busca de un viaje a Chosica con mi familia, tenía siete años, era totalmente distinto todo, la palabra tren me emocionaba y me hacia imaginar estar en una nave de hierro, era como un juguete gigante, que al escuchar el silbido lejano y el motor … Había recorrido ya toda la calle del Arenal y estaba en la Plaza de Isabel II, frente al edificio del Teatro Real, donde anunciaban una temporada de cinco óperas de Verdi. Tomaría precauciones, andaría siempre con aquel documento encima recordando mi nombre y dirección y el teléfono de Osorio. Era el final. Aproveché para preguntarles por qué los “desequilibrados” estaban contra el sexo y practicaban –por lo menos muchos de ellos– la castidad. “Ahora, dime, ¿eso que vimos es o no es arte?” Yo le dije que no lo era, solo una notable proeza de la técnica. Tal vez no saldría nunca más de los calabozos. Después, cuando yo les pregunté por qué se preocupaban tanto por las cremas, los ungüentos, los afeites, los noté incómodos, como si hubiera violado un terreno íntimo. Y vendía harto, incluso antes de ser devorado por las transnacionales. Las instaló en sitios muy vistosos, la Torre de Pisa, el Arco de Triunfo, la Estatua de la Libertad y hasta envió una de ellas a la luna en una nave espacial de la NASA. La Casa de la Literatura Peruana es la institución de referencia de la literatura nacional. Fui a la manifestación por la clausura de los cines Ideal, en la Plaza de Jacinto Benavente y, apenas acababa de comenzar, me sobrevino uno de esos vientos intempestivos que ahora me asaltan con frecuencia. Entradas La casa de Bernarda Alba, en Madrid. (Del libro En busca de la sonrisa encontrada, ibidem). Reconozco que, en muchos aspectos, el mundo de hoy es mejor que el de mi juventud. No sé cuándo nos conocimos; no, en todo caso, desde la juventud. Aquel vientecito fue largo, pero tan discreto que apenas lo sentí. ¿Cuál es tu resumen de esta novena edición de la feria en el Cusco? Y sin embargo, su descripción de la Luna como una "magnífica desolación" es una de las más citadas en la literatura de la exploración espacial. Reservar (Quedan 20 plazas) Este curso pretende poner en valor la sostenibilidad y circularidad en la moda de la mano de personas expertas y a través del desarrollo de proyectos en grupo. Esta en un gran avance por los jóvenes, mayormente en la poesía que en la narrativa. Él cree –lo dice al menos– que somos más libres que nunca y se escandaliza cuando yo sostengo que este es un mundo de esclavos contentos y sometidos. Me interrumpió, feliz, como si me hubiera sorprendido haciendo algo malísimo, masturbándome por ejemplo. Estaba ya muy cansado, me temblaba el cuerpo y tenía muchas ganas de acostarme. Por ende, estas poéticas son parte de una época dura y de un contexto de capitalismo salvaje; áspera dualidad que no impide la rabia del verso. Me sentía algo cansado, pero mi mente seguía muy activa tratando de recordar la dirección de mi casa. Todas las noches, desde que cometí la locura de abandonarla, pienso en ella y me asaltan los remordimientos. Eso sí, creo que hacer el amor era algo maravilloso, sobre todo cuando yo era joven. Malku Abraxas se pone del lado de los que buscan una respuesta a las inquietudes de nuestros tiempos, desde una ética interior. Solo sentí un pequeño estremecimiento cuando leí Plaza del Ángel, que, estaba seguro, conocía y me decía algo, aunque no sabía qué.